17 “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”

Hemos sido creados para estar en comunión con Dios. La forma de hacerlo es a través de la oración. Sabemos que debido a nuestra naturaleza caída se nos hace muy difícil mantenerlo como una prioridad debido a que requiere sacrificio y disciplina. Así que es cierto que es duro, difícil y requiere de nosotros más de lo que estamos acostumbrados a dar. Sin embargo, la Biblia nos muestra que los grandes hombres que Dios utilizó fueron hombres de oración. ¡Jesús fue un ejemplo de lo que es ser un hombre de oración! La oración es el antídoto a la tentación, pero si no oramos nos hacemos vulnerables. La oración es central y fundamental para el cristiano; si la descuidamos veremos un estancamiento en nuestras vidas.