Escritura
Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Podemos hacer creer a los demás, que todo marcha bien en nuestra vida, pero nunca a Dios. Siendo nuestro creador, conoce mejor que nadie, quienes somos, como actuamos y como nos encontramos. El deber principal de Jesús siempre ha estado con los necesitados. A quienes El encuentra enfermos de pecado, los invita al arrepentimiento. Tristemente hay personas equivocadas, que se sienten lo suficientemente justas, como para no necesitar tal acción. Sin embargo, Jesús sigue insistiendo, ya que el pecador es su primordial preocupación. Jesús es el único médico y medicina, que puede curar el alma del pecador. Seamos sincero y reconozcamos ante el que todo lo sabe y todo lo ve, que realmente estamos enfermos de pecado. No continuemos empecinado negando nuestra verdadera condición. Permita ser atendido por el médico perfecto, él está disponible ahora mismo, y proporcionara la cura perfecta, y la buena noticia para tu vida es, que no tienes que pagar nada.