Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada. Con todo, yo me alegrare en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi Salvación.

El libro de Habacuc es uno de los más cortos del Antiguo Testamento, pero no por ello menos profundo y significativo. En este libro encontramos un llamado a reflexionar sobre la presencia de Dios en medio de la adversidad y el sufrimiento. El profeta describe una situación de extrema escasez y privación: la higuera y las vides no florecen, el olivo no da frutos, los campos no producen alimento y el ganado se ha perdido. Sin embargo, a pesar de la aparente desolación, el profeta habla de una actitud de confianza y esperanza en Dios.