Luc 10:38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Luc 10:39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Luc 10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Luc 10:41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Luc 10:42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Cuando se va al supermercado, casi siempre habrá una lista de productos o de cosas que necesitamos para nuestro hogar. Esos productos los escogemos según su urgencia y su calidad.   Tristemente esta actitud, no es igual para todas las cosas. Muchas veces, el ser humano, cambia lo mejor por lo peor. Lo más importante por lo menos importante. Lo más valioso por algo menos valioso.   En nuestra lectura de hoy se habla de Marta y María. Dos personas con intereses o prioridades distintas. Ahora, es importante aclarar, que ninguna de las dos mujeres son mujeres irresponsables. ¡Nooo! lo que sucede, es que cada una tiene una lista de prioridades diferentes.   Y es precisamente esto, lo que el Espíritu Santo quiere que veamos, para que nosotros le prestemos mucha importancia a este asunto.   Veamos las dos imagines capturadas y reveladas, por la cámara del Espíritu Santo.   Primeramente, hay una mujer, moviéndose de aquí, para allá, llevando y trayendo cosas, preparando y sirviendo lo uno y lo otro, todo lo hace con mucha motivación, impulsada por su gran deseo, ser la mejor anfitriona del hogar, para mostrar mucha responsabilidad y hospitalidad, tanto a Jesús, como a sus seguidores.