(Centro De Vida)
Escritura
Todo lo que respira, Alabe a Jehová, Aleluya.
De alguna manera, el libro de los Salmos hace un paralelo con un viaje espiritual a través de la vida. Comienza presentando al lector dos sendas: el camino a la vida y el camino a la muerte. Si elegimos el de Dios a la vida, enfrentaremos tanto bendiciones como problemas, alegrías como dolores, éxitos como obstáculos. Pero en todo el trayecto, Dios está a su lado, guiándolo, alentándolo, consolándolo y protegiéndolo. Cuando la vida del justo llega a su fin, se hace muy evidente que ha escogido el buen camino. Saber esto lo hace alabar a Dios por llevarlo en buena dirección y por la seguridad de que pronto entrará en el mundo perfecto que Él tiene guardado para quienes lo han seguido con fidelidad.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)