Javiera: ¿Hola Lulu, como has estado? Ardillita: Buenos días Javierita, gracias a Dios bien. Lista para la lección bíblica de hoy, continuamos hablando de Jacob y Esaú Javiera: Ya recuerdo, Jacob le robo su primogenitura de su hermano Esaú, por eso tuvo que huir de su casa, pues su hermano estaba muy furioso. El pobre Jacob no sabe cuándo podría volver a su casa. Ardillita: Pues mientras Jacob huía de su hermano Esaú, en el camino sintió sueño y descanso un poco. Mientras dormía soñó que unos ángeles bajaban y subían del cielo, por medio de una escalera. Entonces escucho la voz de Dios que le decía que Él estaba con Jacob y que la tierra en donde se encontraba, seria de él y su familia. Javiera: Que linda experiencia, Dios estaba cerca de Jacob, él no estaba solo en aquel lugar, la presencia de Dios lo cubría. ¡Qué lindo es soñar con Dios!   Ardillita: Pues aquello era más que un sueño, era una visión que revelaba el futuro de Jacob. Era una promesa de Dios para Jacob. Por eso Jacob al despertar construyo un altar en aquel sitio y le puso por nombre Bet-el. Javiera: Por ahora lo que necesita Jacob es una casa y una familia. ¿Pudo conseguirla Lulu? Ardillita: Si, Jacob llego a un pueblo donde vivían unos familiares y ahí se casó y trabajo por muchos años junto a sus suegros. Además de tener muchos hijos, también llego a tener muchos vienes, porque Dios lo bendecía...