Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Hola, hermanos, es un gusto verles otra vez esta semana. Estamos en el proceso de estudiar principios de nuestro liderazgo que tienen que ver con el carácter, el ser del hombre más del hacer, más de lo que hacemos lo que somos en vez de lo que hacemos. Y hemos estudiado varios principios de un hombre que se llama Crawford Loritts, la semana pasada y la semana anterior vimos que debemos evitar la secularización del ministerio, hay mucho que podemos aprender del mundo secular no hay duda de que hay principios y métodos que podemos copiar, que podemos implementar. Hay muchos principios de liderazgo espiritual que funcionan bien en el mundo de negocios, en el mundo secular pero el objetivo del líder espiritual y la fuente de fuerza para el líder espiritual son diferentes de los que sirven en el mundo si ellos no son cristianos. El segundo principio del que hablamos es que hacemos demasiado de la palabra liderazgo, Dios nos ha llamado para ser siervos y en la Biblia el termino más usados para hablar de líderes es siervos, siervos de Dios, que sirven para el bien de la gente de Dios. Déjeme repetir eso porque esto es importante “servimos a Dios para el bien de la gente de Dios”.  Y el objetivo más importante para el líder espiritual es la honra y la gloria de Dios en vez de honra y la gloria del líder mismo, o del ser humano. Hoy queremos hablar de este punto, debemos evitar la preferencia de la capacidad sobre carácter; en otras palabras, debemos evitar la tendencia de enfocarse en la capacidad y no enfocarse en el carácter o la integridad, la humildad de una persona. Dios nos ha llamado para ser hombres y mujeres que, conforme a la imagen de Cristo, Él quiere hombre y mujeres que estén dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Y hay tres áreas en la cual debemos enfocarnos, primeramente, debemos enfocarnos en nuestra capacidad, aunque no debemos pensar más en la capacidad de carácter, tenemos que enfocarnos en nuestra capacidad y esto tiene que ver con nuestra relación con la obra. Nuestros talentos, nuestros dones espirituales, nuestras habilidades y eso tiene que ver con la capacitación, la escuela, conferencias, videos, libros, mentores, hay un montón de maneras que podemos mejorar. En mi oficina yo tengo una biblioteca y cuando yo estoy leyendo los libros, en mi mente yo pienso que el autor esta allí hablando conmigo directamente, como si él fuera un maestro, él fuera un mentor mío que está hablando en mi vida por medio de lo que él ha escrito en los libros y eso puede mejorar la capacidad. Los otros dos son la personalidad y la espiritualidad, debemos tener los tres: capacidad, personalidad y espiritualidad. La personalidad tiene que ver con nuestra relación con las demás personas y no puede cambiar completamente su personalidad, es la persona que Dios ha hecho, pero hay áreas de nuestra personalidad que siempre debemos estar mejorando. Tal vez no le gusta hablar en público, pero tiene que trabajar en esta área si va a ser un líder, tal vez eres una persona que no eres muy amable por naturaleza, eres una persona más seria y a veces tienes que trabajar en eso para tener más diversión o ser más relajados en la presencia de otras personas. Puedes mejorar partes de la personalidad que afectaran sus relaciones con otra gente y eso viene por medio del autoconocimiento, debemos pasar tiempo conociendo ¿Quién somos? No solamente lo que podemos hacer, pero actualmente ¿Quién somos? Y hay encuestas, recursos y diferentes maneras que puede ayudarnos con esto, hay otros hermanos fieles en la iglesia, en su familia, sus amigos que pueden ayudarte a ver diferentes partes de su personalidad que necesitan mejorar o cambiar un poquito. Tal vez cuando hablas con otras personas, su personalidad es ser muy directo y a veces parece más fuerte de lo que en realidad quieres ser y eso es una parte de la personalidad, que tenemos que trabajar si somos muy directos, muy serios. A veces la gente no necesita esa manera de comunicación, pero necesita algo más suave, tenemos que aprender quien somos porque eso tiene que ver con nuestra relación con los demás. Y lo más importante, que es la espiritualidad y eso tiene que ver con nuestra relación con Dios. Si vamos a ser líderes espirituales eso significa que tenemos una relación íntima con Dios y eso viene por medio de estudiar la palabra de Dios, nuestra vida de oración, nuestro tiempo con la iglesia, sirviendo al Señor, pasando tiempo con el Señor, todo lo que hacemos depende de nuestra relación Dios. Cristo mismo Dios en la carne dijo: “Apartados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:5). Podemos tener toda la capacidad, podemos tener toda la personalidad, pero si no tenemos la espiritualidad vamos a tener problemas. Piensa en esta combinación de los tres, capacidad, personalidad, espiritualidad; si tenemos la capacidad, somos muy capaces de hacer la tarea y tenemos una personalidad muy buena, muy carismática estamos muy bien cuando estamos alrededor de otras personas, pero no tenemos la espiritualidad tarde o temprano vamos a tener un fracaso moral. Porque no puede construir su ministerio sobre su capacidad y solamente su personalidad, si Dios no construye la casa, está en vano. O tal vez tiene la personalidad más la espiritualidad, pero no tiene la capacidad eso puede traer resultados disminuidos. A la gente le gusta, a la gente le encanta hablar contigo, tú estás bien en tu relación con Dios, pero no se ha enfocado en su capacidad y tal vez necesita trabajar en predicar, en evangelizar o trabajar en cómo administrar. Pero hay unas áreas de su ministerio que necesitan más capacitación, eso va a traer resultados disminuidos por falta de la capacidad o tal vez tiene la capacidad y tiene la espiritualidad. Tiene la capacidad de hacer la tarea, la obra, está pasando tiempo con Dios, dependiendo en el Espíritu Santo, pero no tiene una buena personalidad, eso puede resultar en la frustración porque, aunque hace las cosas correctas y tiene la intimidad con Dios, la gente no quiere seguir a alguien que no les trata bien, alguien con una mala personalidad, que habla en una forma mala o habla demasiado fuerte o no presta atención, hay una lista de maneras que nuestra personalidad puede afectar la obra. Recuerde debemos tener la capacidad y debemos mejorar constantemente en nuestra capacidad, nuestra personalidad debemos conocernos a nosotros mismos y pedir al Señor como podemos ajustar y cambiar partes de nuestra personalidad para ser mejor con la gente y más importante debemos tener la espiritualidad. Nuestra obra es una obra espiritual, el mundo está lleno de hombres y mujeres que trabajan y funcionan sin Dios, pero lo que la iglesia necesita son hombres y mujeres que funcionan con Dios, que depende de Dios, que siguen el liderazgo del Espíritu Santo. Hermanos enfóquense, su capacidad, su personalidad, su espiritualidad porque estos concuerden o cuando estos son bien juntos, Dios puede usarnos como un siervo de Él para hacer la obra de Él, para el bien de las personas, de la gente de Dios, de la familia de Dios. Y yo no sé tú, pero para mí yo quiero ser una bendición para la gente de Dios, que Dios pueda usarme en esta manera, que yo pueda bendecir a los demás. Yo creo que ustedes piensan lo mismo. Dios les bendiga hermanos, espero que tengas una buena semana y que Dios siga usándoles y bendiciendo su ministerio. ¡Dios les bendiga!