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Permaneciendo En Jesús
Permaneciendo En Jesús
Michael Hight
(First Baptist Church Caldwell AR – Lifeword )
Aired on Abr 05, 2021
Abr 05, 2021
Duración:
00:11:09 Minutes
Vistas:
5

Escritura

Juan 15:4-5

Permaneced en mí,  y yo en vosotros.  Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo,  si no permanece en la vid,  así tampoco vosotros,  si no permanecéis en mí. Yo soy la vid,  vosotros los pámpanos;  el que permanece en mí,  y yo en él,  éste lleva mucho fruto;  porque separados de mí nada podéis hacer.

En el libro de Juan, Cristo nos enseña algo que yo creo que es crucial para la vida de un líder. Hablamos mucho de las prácticas de un líder, hablamos de las técnicas de un líder, lo que debemos hacer, no debemos hacer. Pero en realidad la obra que hacemos es una obra espiritual y sin la presencia del Señor no podemos hacer nada de hecho encontramos a Cristo enseñando esta misma cosa que sin Él no podemos hacer nada. Él dijo “Permaneced en mí” y yo estoy leyendo de la Biblia en Juan 15:4-5, dice “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada” déjeme repetir “separados de mi nada podéis hacer”.   En los libros de liderazgo cuando estamos estudiando este tema es muy común encontrar diferentes como dije diferentes prácticas, técnicas y maneras de hacer cosas y actitudes, características del líder. Pero muy pocos libros hablan acerca del rol del Espíritu Santo y la presencia de Cristo en la vida de un líder. Todo lo que hacemos depende en un Cristo vivo. Ayer celebramos el día de la Resurrección, celebramos la resurrección que Cristo vive y el hecho central de nuestra fe. Sin un Cristo vivo no podemos tener esperanza, sin un Cristo vivo no tenemos confianza, no podemos tener confianza en las promesas de la Biblia. Sin un Cristo vivo no tenemos poder para hacer las cosas que Dios quiere que hagamos. En la vida de un líder siempre estamos pensando en el fruto, como puedo yo llevar más fruto, pero si pensamos que el fruto viene de la carne estamos equivocados.   La Biblia nos enseña claramente que separados de Él, de Cristo no podemos hacer nada. Pero en el opuesto dice Él que permanece en mí y yo en Él este lleva mucho, mucho fruto. Nuestro fruto depende en la relación que tenemos con Cristo y en la vida de un líder esa relación debe ser la prioridad número 1 para llevarnos por medio de las malas circunstancias, por medio las dificultades, por medio de las decisiones difíciles que tenemos que hacer. Todo eso depende en la presencia de Cristo Jesús en nuestra vida, quiero hablar de la diferencia que un Cristo vivo hizo en la vida de los apóstoles y recuerde la historia en la Biblia, que en la noche que Cristo fue arrestado, todos los apóstoles lo abandonaron. Y recuerde Pedro negó aun conocer a Jesús, el negó ser amigo de Jesús. Judas traicionó con un beso el creador del mundo. Y cuando la mañana de la resurrección llego los discípulos habían perdido esperanza, pero la resurrección de Cristo cambio la perspectiva de los apóstoles, ellos fueron de víctimas a vencedores. Cuando piensas en la manera en que ellos se estaban escondiendo de los judíos, el hecho que ellos habían abandonado a Cristo Jesús en la noche que Él fue entregado a los oficiales y este cambio desde ese tiempo, ellos habían perdido toda su esperanza incluyendo a los dos discípulos en el camino que Cristo camino y hablo con ellos. Ellos dijeron: pensábamos que Él iba a ser el Mesías, ellos habían perdido las esperanzas y por esto ellos sentían como ellos eran víctimas de las malas circunstancias, su líder estaba en la cruz, su líder había muerto por las manos de los romanos, su líder era odiado por los judíos y fue sepultado en la tumba que fue prestada, que ni era de su propia familia. Piensa en las dificultades de seguir adelante si Cristo no hubiera resucitado de los muertos, pero después cuando ellos encontraron que Cristo había resucitado, ellos encontraron la realidad, la verdad que ellos no eran víctimas y Cristo no era víctima, que eso fue las pruebas del plan de Dios. Y que después de la resurrección los apóstoles captaron la importancia de su rol en el plan de Dios. Sin un Cristo vivo no tenemos la perspectiva que necesitamos para seguir adelante, servimos un Cristo resucitado, servimos un Cristo vivo, servimos con todo nuestro corazón a nuestro Señor y Salvador. Los apóstoles cambiaron su perspectiva antes de la resurrección ellos habían perdido esperanza, su líder estaba en la cruz, su líder estaba a las manos de los enemigos, pero después de la resurrección ellos entendieron que Cristo ya venció la muerte, Cristo ya venció el pecado, Cristo ya venció a Satanás y ya no somos víctimas, somos vencedores. Y eso también cambio su propósito no solamente cambio la perspectiva de los apóstoles, pero cambio el propósito de los apóstoles, recuérdese que ellos fueron de sentir estar perdidos a predicadores.   Pedro quien negó a Jesús, recuérdese era un cobarde que el negó conocer a Jesús, pero después de la resurrección encontramos a Pedro predicando a los mismos hombres que habían matado a Jesús diciendo cosas como “El Cristo, el Jesús que tu crucificaste, ese mismo Dios levanto, ese mismo ha sido hecho Señor y maestro”. Pedro perdió su temor y en vez de pensar que ya las cosas estaban perdidas ya tuvo un Señor resucitado y eso dio un propósito para su vida. Recuerde que la gran comisión vino después de la resurrección, aunque todo el Antiguo Testamento, las enseñanzas de Cristo, todas las Escrituras habían enseñado a los apóstoles que ellos deben ser testigos de Dios vivo, que ellos deben ser los testigos que anuncian las riquezas del Señor al mundo, ellos no lo creían y cuando Cristo murió en la cruz todos sus pensamientos y esperanzas murieron con Él. Pero después de la resurrección Cristo dijo “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”. Eso es la gran comisión, la responsabilidad que tenemos para hacer discípulos vino después de la resurrección y los apóstoles captaron que ellos seréis testigos en Jerusalén, en Judea, Samaria, hasta lo último de la tierra. Y por eso ellos salieron predicando la Palabra de Dios, guiando la gente para seguir a Jesús. Jamás tendría el temor de identificarse con Cristo, Pedro estaba convencido que Cristo vivió y por eso él podía predicar.   Y últimamente no solamente cambio su perspectiva, no solamente cambio su propósito, pero cambio el poder la capacidad de hacer la Gran Comisión. Ellos fueron de cobardes hasta cambiadores del mundo, ya 2.000 años después de la resurrección de Cristo Jesús somos los recipientes de hombres y mujeres que han sido fieles por las edades, hombres y mujeres que han enseñado la Palabra de Dios, hombres que han predicado la palabra de Dios con poder eficaz ¿Por qué? Porque están predicando y trabajando con un Señor vivo. Todas las religiones del mundo que reclaman tener un buen líder tienen que admitir que su líder está muerto en la tierra, pero no el de nosotros. Por la resurrección de Cristo somos cambiados, nuestra perspectiva, no somos víctimas, pero somos vencedores. Nuestro propósito, no somos perdidos en este mundo tenemos un propósito de predicar y enseñar la Palabra de Dios. Y tenemos un cambio de poder, en el día de Pentecostés ellos esperaban hasta que eran llenos del Espíritu Santo, pero después de ser llenos con el Espíritu Santo predicaron con ganas, con esfuerzo, con valentía. Nunca iban a ser cobardes de nuevo, Cristo dijo “Permaneced en mí porque separados de mí nada podéis hacer”. Hermanos, hermanas recuerde que en este trabajo de liderazgo que Dios nos ha dado de cumplir no podemos hacer nada si no tenemos la presencia del Señor en nuestras vidas. ¡Dios le bendiga! Espero que tenga una buena semana, ten un buen día.

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