Blog

Durante años hemos escuchado que la falla del Nuevo Madrid es un epicentro de terremotos y que «el más grande» podría llegar en cualquier momento.

Cuando éramos niños, escuchábamos cintas y veíamos algunos vídeos sobre qué hacer en caso de un terremoto. Pero mi mayor temor, si llegaba a suceder, era ser separado de mi familia.

Puedo imaginarlo claramente en mi memoria: el terremoto ocurriría, los suelos se partirían y toda mi familia estaría de un lado y yo del otro lado de una gran grieta.

No habría manera de alcanzarnos unos a otros.

Estaría perdido.

Lo mismo sucede cuando Dios confronta a Adán y Eva en el Jardín de Edén.

«Más Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.» (Génesis 3:9-13).

Dios ya conocía las respuestas a estas preguntas. Pero ahora, la comunión entre Dios y el hombre se ha roto.

El pecado creó un abismo entre ellos.

Adán y Eva habían tratado de cubrirse e incluso esconderse en su vergüenza.

Y luego, por supuesto, vemos que sucede la atribución de culpas. Adán culpó a Eva y Eva culpó a la serpiente.

¿Y ahora qué?

Parece que estamos en un callejón sin salida. La comunión ha sido rota, el pecado ha creado una división y tiene una consecuencia eterna.

Pero Dios ofrece un camino para la redención y la restauración.

«Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

¿Quién es la simiente de la mujer? Jesucristo. Aquí Dios dice que Satanás puede herir el calcañar de Jesús, pero al final, Jesús lo aplastaría.

Satanás pudo haber pensado que cuando Jesús fue a la cruz y murió, mató a Jesús y ganó.

Pero no. Dios estaba en control. ¡Porque tres días después Jesús resucitó!

«Oh, muerte, ¿dónde está tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

Cristo es victorioso.

Y Satanás sólo tiene la muerte esperándolo – él será derrotado.

Al hacer Dios esta profecía en Génesis 3, Él proporciona un puente de restauración para la humanidad. Ahora tenemos acceso a Dios a través del abismo del pecado que nos separa. El puente es Jesucristo.

Él sacrificó Su vida para que pudiéramos tener una relación restaurada con Dios.

Hoy, Él le está pidiendo que reciba Su regalo y cruce ese puente.

Dios desea una relación con usted a través de Jesucristo.

¿Lo recibirá? ¿Reconocerá que Jesús es el Hijo de Dios y que murió por usted?

¿Recibirá todas sus promesas?

¿Se apartará de lo viejo y aceptará lo nuevo?

¿Entregará su voluntad para aceptar la de Él?

Jesús es el único camino.

Copyright © 2020 por Yalanda Merrell. Ninguna porción de este artículo puede ser reproducida o reimpresa sin permiso por escrito de Lifeword.org.