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He sido una persona de oración por mucho tiempo en mi vida. ¿Ha funcionado? ¿Me ha resuelto todo enteramente?
Aparentemente no, pero aun tengo mucho por crecer.
Sin duda, ha orado por algunas cosas, esperando que la oración lo solucione, ¿verdad?
Cuando estamos enfermos, oramos a Dios para que nos sane.
Cuando tenemos escasez, oramos a Dios por provisión.
Cuando nos han agraviado, oramos para que Dios lo corrija.
Todas esas oraciones son buenas oraciones. Dios nos llama a confiar en él en esos momentos para movernos, trabajar y actuar en nuestro nombre.
Pero aún así, la oración no «arregla» todas las situaciones que encontramos.
En el libro de los Hechos, capítulo cuatro, leemos la historia de Pedro y Juan arrestados por predicar acerca de Jesús. Más tarde, son liberados después de un fuerte sermón de la policía del templo sobre no continuar difundiendo el evangelio.
La iglesia, en respuesta, comienza a orar. Y aquí está la revelación … el problema de la persecución en realidad empeora.
La oración no lo arregló. El problema persistió. Pero la oración sí cambió la situación. Aquí está lo que la iglesia oró…
«Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra. Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.» (Hechos 4:29-30 RVR60)
¿Qué pidió la iglesia ante la persecución? Mayor audacia. Mayor poder. Un mayor testimonio.
Y Dios respondió a la oración, no para resolver el problema de la persecución sino para cambiar las variables…
«Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo. Y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común» (Hechos 4:31-32 RVR60)
A veces ponemos una carga en la oración que la oración nunca tuvo la intención de manejar. Vemos la oración como una formula mágica.
Si yo digo estas palabras el problema instantaneamente desaparecerá…
Lo que basicamente le decimos a Dios es: «Dios, tengo este problema y te pido que me lo arregles …»
Y cuando el problema no se resuelve o desaparece rápidamente, nos sentimos decepcionados con Dios, desanimados por nuestras circunstancias y disgustados por nuestra propia falta de fe.
¿Qué pasa si, en lugar de esperar que la oración “arregle” todas nuestras circunstancias negativas, confiáramos en que Dios diseñó la oración para cambiar las variables?
Podría ser que cuando le pido a Dios que arregle mis problemas financieros, su verdadero deseo es cambiar y hacer crecer mi capacidad para administrar mis finanzas
Quizás, en lugar de arreglar milagrosamente las áreas de conflicto en mi matrimonio, el verdadero objetivo de Dios es cambiarnos a mí y a mi cónyuge para que seamos más como Jesús entre nosotros.
Dios a menudo sana y provee en respuesta a la oración de manera dramática y milagrosa. Lo he visto. Y lo creo.
Pero más a menudo, se pone a trabajar para cambiarnos a nosotros y a las personas que nos rodean de adentro hacia afuera, a veces de manera lenta y progresiva, para poder manejar nuestros desafíos de diferentes maneras.
Esto es lo que la oración hace …La oración cambia todas las variables que operan en cualquier situación dada, haciendo posible una liberación milagrosa e instantánea o el cambio y crecimiento lento y progresivo necesario para superar la adversidad.
Manejar la vida sin oración es como jugar al baloncesto con una pelota plana. Simplemente no funciona. Y esperamos que la oración de la noche a la mañana nos convierta en jugadores profesionales que nunca fallan un tiro. Pero la oración realmente nos da una pelota inflada: mejor equipo, mejores habilidades, mejores oportunidades, más fuerza, velocidad y resistencia, por lo que el juego se vuelve más fácil de ganar.
La oración no es una formula mágica que facil e instantaneamente lo resuelve todo.
Sino que la oración es absolutamente poderosa para cambiar las variables de cualquier situación a la que apliquemos su poder.
Brandon Cox-https://brandonacox.com
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