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La oscuridad puede dar miedo. Soy como el niño pequeño que le dijo a su mamá: “No le tengo miedo a la oscuridad, solo a las cosas que están en la oscuridad.” A veces caminamos en lugares oscuros. A veces tememos lo que ahí encontraremos. Buscamos una respuesta, y la respuesta no siempre es clara. Incluso podría parecer que Dios no está allí.
¿Has pasado por algo así? ¿Ha estado en un lugar con poca luz, poca dirección y un camino poco claro? El salmista describió estos tiempos oscuros como llanto en la noche. El apóstol Pablo lo comparó con un “aguijón en la carne». En el libro de Santiago, el medio hermano de Jesús lo define como una “prueba de nuestra fe.” Pedro llama a nuestra aflicción “pruebas de fuego.” Jesús se refirió a los tiempos oscuros como “tribulaciones.” Cada hijo de Dios pasa por pruebas y problemas. Cada hijo de Dios pasa por tiempos oscuros.
Entonces, ¿qué debemos hacer cuando caminamos en estos lugares oscuros? Una pregunta similar se hace en el libro de Isaías. “¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, que obedece la voz de su siervo, que anda en tinieblas y no tiene luz?”
¿Este es usted? El Señor es vuestro Dios y le teméis con un temor filial y santo. Estás caminando en obediencia. Sin embargo, parece oscuro y no hay una luz clara.
Estoy aprendiendo que nunca debo dudar en la oscuridad de lo que Dios me ha mostrado en la luz.
Él me ha mostrado que aunque el llanto puede durar una noche, la alegría viene por la mañana (Salmos 30:5).
Él me ha mostrado que si bien podría recibir un aguijón en la carne, su gracia es suficiente (2 Corintios 9:12).
Me ha mostrado que mientras mi fe ha sido probada, trae paciencia a mi vida (Santiago 1:3).
Me ha mostrado que aunque las pruebas de fuego son duras, no son cosa extraña (1 Pedro 4:12).
Él me ha mostrado que aunque tendremos tribulaciones en este mundo, debemos tener buen ánimo. Jesús ha vencido al mundo (Juan 16:33).
«¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.» Isaías 50:10
La respuesta está ahí mismo: Debemos confiar en el nombre del Señor y apoyarnos en Él. No importa cómo se vea ese lugar oscuro, sabemos que Dios está allí. Él nunca dejará a Sus hijos ni los abandonará. En esto tenemos nuestra esperanza.
Como escribió Edward Mote en 1834: “Mi esperanza se basa nada menos que en la sangre y la justicia de Jesús. Cuando todo alrededor de mi alma cede, Él es entonces toda mi esperanza y sostén.”
Copyright © 2022 por Kimberly Williams @ www.kimberlywilliams.org Ninguna parte de este artículo puede reproducirse o reimprimirse sin el permiso por escrito de Lifeword.org.