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Ene 08, 2019 19:39pm
Hay Que Invertir – #2
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“Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conoce, le enseñarás.” ‭‭Esdras‬ ‭7:25‬ ‭RVR1960‬‬

Este texto es una parte de la carta que dio el rey Artajerjes al sacerdote Esdras, escriba versado en los mandamientos de Jehová.

El texto comienza describiendo el carácter que tenía Esdras: “y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios” aquí vemos dos cosas interesantes que aún un rey pagano lo reconoció. En primer lugar, Esdras era un hombre muy sabio e inteligente, según la tradición se dice que Esdras había memorizado los primeros cinco libros de la Biblia y que la podía escribir de memoria, el estudió a profundidad las escrituras sin embargo no se conformó con guardarlas en su mente, sino que estaba listo a ponerlas en práctica y a enseñarla al pueblo. En segundo lugar, la sabiduría que tenía era un don de Dios. él es la fuente de donde fluyen los dones y talentos en el hombre, él es quien da sabiduría a su siervo, fuerza al agricultor, inspiración al poeta, conocimiento al maestro, ingenio al inventor, ternura a los de educación especial, compasión a la enfermera, belleza al pintor y melodías al músico. Nada es innato en uno mismo todo viene de él.

La segunda parte de este texto describe la tarea que tenía encomendado: en primer lugar, el rey en una demostración de confianza le dio el permiso de designar jueces y gobernadores. Esto no era una tarea sencilla, él tenía que invertir mucho tiempo en evaluar, capacitar y organizar a su pueblo. La organización es esencial, sin una organización sólida, cada quien haría lo que bien le pareciera. Sin una organización sólida, el peso caería solo en los hombros de una o dos personas. ¿Qué de nosotros como líderes y pastores en la iglesia? ¿invertimos tiempo, recursos y dinero en formar líderes y colocarlos a cargo de ministerios? o somos pastores orquesta, aquellos que lo hacen todo en la congregación. Un ejemplo de ello fue Moisés, quien en un momento de su vida recibió la visita de su suegro Jetro, quien al verlo tan estresado por los innumerables pleitos que tenía que resolver lo tomó aparte y le dijo lo siguiente “¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tu solo y dejas a gran parte del pueblo desatendido todo el día? ¡no está bien lo que haces¡ así acabarás agotado y también se agotará el pueblo, ya que toda esta carga es demasiada para una sola persona. Escucha este consejo: elige de entre todo el pueblo, a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno y nómbrales jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas, que ellos se encarguen de los conflictos sencillos y solo los casos graves te lo traigan a ti, solo así serás capaz de soportar las presiones y la gente regresará a su casa en paz”. Que hermoso consejo que todo pastor y líder debería de tomar muy en cuenta.

En segundo lugar, se le encomendó a Esdras, enseñar a todo el pueblo la palabra de Dios. Esdras tenía que invertir mucho de su tiempo en escudriñar las escrituras para así enseñar de forma clara y correcta la palabra de Dios. ¿Cuánto tiempo inviertes tu estudiando la Biblia cada semana? Cierto día un estudiante quien fue a visitar a uno de sus mejores maestros le pregunto lo siguiente: ¿Qué lo mantiene estudiando todo el día? ¿tal parece que usted nunca acaba? A lo que el maestro le contesto: Hijo prefiero que mis estudiantes beban de un río que corre y no de un poso estancado. Y la pregunta que todo líder y pastor debe de hacerse es esta ¿de que bebe cada semana la congregación que pastoreamos, de un río que corre o de un poso estancado?

Esdras no solo invirtió tiempo en preparase sino también en enseñar las escrituras al pueblo. Todo cristiano tiene el deber de hacer lo mismo. Dios nos dio una misión y esa es el hacer discípulos del Señor Jesucristo, cada semana debemos de reservar un tiempo para ir en busca de un amigo y enseñarle las escrituras.

Nunca lograremos tener éxito en nuestro caminar con Dios, si somos cristianos negligentes y perezosos, solo aquella persona que invierta su vida en hacer la voluntad de Dios y lo haga cueste lo que cueste será bienaventurada.

–Paul Tinoco Huaraca

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