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Nov 28, 2018 20:30pm
Un Sacrificio Racional – #3
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“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” ‭‭Romanos‬ ‭12:1‬ ‭RVR1960‬‬

¿Alguna vez has visto el clamor de una madre, porque su hijo deje su mal camino y se convierta en un hombre de bien? Pues aquí vemos algo parecido. El apóstol Pablo ruega a su amada iglesia en Roma a considerar las misericordias de Dios y por consiguiente a vivir una vida en consagración total a él.

¿No creen que es razonable hacer esto? Tan solo bastaría pensar unos segundos en lo que era nuestra vida sin Cristo, para darle toda la razón.
Éramos hijos de ira, a causa de nuestro pecado había una separación tremenda entre nosotros y Dios. ¿alguna vez te has enojado por los políticos que se hacen ricos con el dinero del pueblo? ¿alguna vez te has enojado al escuchar de un juez corrupto que por un poco de dinero deja libre a un violador? ¿acaso no te ha causado ira, el ver como un conductor borracho dejó paralítico a un amigo tuyo? Si nosotros siendo malos nos disgustamos con el pecado de los hombres. ¿Cuánto más nuestro Dios, quien es Santo, Santo, Santo? La Biblia dice “que no hay justo ni aún uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, todos se desviaron, a una se hicieron inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” ¿no creen que esto es una razón lógica de la ira de Dios para con el hombre?

También éramos esclavos del pecado, él pecado era nuestro amo y nosotros sus siervos, vivíamos bajo su dirección y guía, y saben, no era nada difícil para nosotros ya que sus caminos nos causaban deleite. Sin embargo, después de un poco de diversión el sabor amargo de una celda triste y fría era nuestra única realidad. Miserables, encadenados, presos por el mal, esa era nuestra condición.

Y a causa de nuestro mal, el único futuro que podíamos apreciar delante nuestro, era simplemente el infierno, un lugar de tormento eterno, un lugar donde el fuego nunca se acaba, y donde la esperanza queda en el olvido.
Esa era nuestra condición sin Cristo. Sin embargo, en el día cero, el autor de la vida y sustentador del universo, se vistió de hombre. vivió una vida perfecta, como un cordero fue llevado al matadero y derramó su sangre bendita por amor a aquellos que le quitaban la vida ¿no es esto el mayor acto de misericordia en el mundo? Cuando uno contempla los ojos del crucificado y lo ve ir a la cruz por amor a mi ¿acaso no es lo más razonable rendirme a sus pies y exclamar “tuyo soy Señor” “iré a donde tú quieras y haré lo que tú me mandes”. Cuando uno contempla a su creador siendo golpeado, abofeteado, clavado y asesinado por su creación, y en medio de toda esa desgracia lo escucha decir “perdónalos porque no saben lo que hacen” ¿Cómo no llorar tendido a sus pies y ofrecer mi vida como una ofrenda agradable a él? El no hacerlo sería simplemente una ingratitud tremenda.

Esta es la razón por la cual el Apóstol Pablo dice “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” ¿a quién no le gusta ir al culto? ¿a quién no le gusta exaltar el nombre de Cristo en medio de las alabanzas? ¿a quién no le gusta encontrarse con sus hermanos en la fe, escuchar su palabra y servir a su Señor? Sin embargo, hay un mejor culto que podemos ofrecer a nuestro Dios cada semana, y ese es el de presentar nuestras vidas como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios, morir a nosotros mismos y dejar que sea Cristo quien viva su vida a través de nosotros.

–Paul Tinoco Huaraca

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