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“Hacer justicia y juicio es a Jehová Más agradable que sacrificio.” Proverbios 21:3 RVR1960
Lo que somos es más agradable a Dios, que lo hacemos para él. Muchos de nosotros dedicamos más tiempo en la obra de Dios, que en examinar nuestro carácter, nuestras palabras, nuestro pensamiento a la luz de la palabra de Dios. gastamos miles de horas y energía en servir evangelizar y discipular y tan pocos minutos en analizar nuestro ser interior.
Cierto día Dios ordenó a Saúl que castigue a Amalec y destruya todo lo que tiene, hombres, mujeres, niños, vacas, ovejas, camellos y asnos, absolutamente todo tenía que ser destruido. El mandato era simple y claro, sin embargo Saúl y el pueblo perdonaron a Agag y a lo mejor de sus animales, lo mas bueno y gordo de ellas fue conservado, sin embargo lo más vil y despreciable fue destruido.
Entonces Dios envía al profeta Samuel a confrontar a Saúl, y cuanto se topa con él, este envés de reconocer su pecado y desobediencia a Dios dice lo siguiente “yo he cumplido la palabra de Jehová” waooo, cuán difícil es reconocer que hemos fallado, podemos vivir creyendo que todo está bien en nosotros, cuando en realidad no es así. Entonces Samuel responde a Saúl de una forma muy inteligente: si has obedecido a Dios, ¿entonces porque escucho ese balido de ovejas y bramido de vacas? A lo que Saúl responde: el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas para sacrificarlas a Jehová tu Dios. cuan fácil es echar la culpa a los demás de nuestra propia desgracia. Cuantos psicólogos tenemos en nuestra sociedad haciéndonos creer que la culpa de nuestro pecado lo tienen nuestros padres, nuestra sociedad o el ambiente en que vivimos. Saúl debió decir “he desobedecido la palabra de Dios” sin embargo dijo “el pueblo lo hizo” es más fácil mirar el pecado ajeno que mirar nuestro propio pecado.
Y no solo dijo eso sino que puso como excusa que esos animales serían utilizados para algo bueno y honorable, como el ser sacrificados delante de Dios. waooo que nos hace creer que podemos engañar a Dios de esa forma, me gustaría decirles que solo Saúl fue quien dijo eso, sin embargo, cuantas veces escucho frases como “hermano yo creo que Dios quiere que me case con esa chica incrédula para así convertirla al Señor” “hermano yo creo que Dios desea que deje ese ministerio para dedicarme más a mi trabajo y así contribuir de una mejor forma a mi iglesia” “hermano yo creo que Dios desea que crezca mas en el evangelio y después eso recién me bautice” todas estas frases aunque suenen bonitas, son solo excusas para encubrir nuestra desobediencia.
Entonces Samuel dijo a Saúl lo siguiente ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Un corazón humilde y sumiso a la voluntad de Dios es mayor que toda una serie de ritos religiosos que podamos cumplir.
Nuestro texto dice algo muy semejante: “Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio.” Hacer justicia es obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde y hacer juicio es la facultad por medio del cual el hombre puede distinguir entre lo bueno y lo malo y entre lo verdadero y lo falso. Esto es más agradable a nuestro Dios que un sacrificio. Los actos externos de adoración, aunque hayan sido establecidos por Dios mismo, son repulsivos para él cuando nuestro corazón es malvado. Dios se complace mas en lo que somos que en lo que hacemos para él, asi que debemos de tomar mas tiempo y mas esfuerzo en examinar nuestro corazón, nuestros pensamientos, nuestras actitudes, nuestras palabras y nuestro proceder, que el tiempo y la energía que invertimos en otras cosas.
¿Deseamos agradar a nuestro Dios? pues manos a la obra que todavía hay mucho que cambiar en nosotros, no esperemos cambiar el mundo, si antes no estamos dispuestos a cambiar nosotros mismos. Y saben esta tarea no se logra por nuestra propia cuenta, son en comunión con él cada día seremos transformados ya que cuanto más cerca estemos de Dios, más lejos estaremos del pecado.
–Paul Tinoco Huaraca
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