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Desde Mi Corazón
Los deseos del corazón
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Ago 02, 2022
Jul 31, 2022
Duración:
00:04:42 Minutes
Vistas:
4

Escritura

Salmos 73:2-3

En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué aquel que no sirve a Dios está mejor que tu económicamente? ¿por qué lo que yo quiero, él lo tiene si yo soy el siervo de Cristo? ¿por qué si le he pedido tanto a Dios por algo no me lo da, pero sí se lo da a esa persona? ¿Por qué la vida es más fácil para aquellos que hacen lo malo y no para nosotros que buscamos hacer lo bueno? Todas estas preguntas salen de nuestro corazón y muchas veces sin respuesta alguna, sin poder entender nuestras interrogantes. En nuestras vidas todos tenemos propósitos trazados por cumplir, algunos buenos y otros no. Cuando hablamos de los propósitos malos son aquellos que no están bajo la voluntad de Dios, pero a diferencia los buenos son los que si son bajo su voluntad y bajo su diseño perfecto. En el Salmos 73:2-3 vemos las siguientes palabras que el salmista dice: En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Salmos 73:2-3 El versículo dice que por poco se deslizan sus pies al momento de ver que los arrogantes tenían éxito y los perversos enriquecían, porque los malos no tenían tantas luchas para sobrevivir, ni pasaban dificultades como los demás. Muchas veces yo he tenido el mismo sentir, he sentido enojo, celos y envidia al ver que a las personas que no hacen lo bueno todo les llega fácilmente. Sin embargo, estos deseos de nuestro corazón son malos y perversos según Jeremías 17:9. Muchas veces deseamos y codiciamos todas aquellas cosas que los demás tienen, pero muchas veces ignoramos a qué precio las tienen. Acaso ¿Te sentirías orgulloso de tener algo que no mereces porque ha sido conseguido de una manera ilegal? ¿De qué nos vale alcanzar el mundo entero si al final perdemos nuestra alma? El mundo nos ofrece una apariencia de llenura material cuando es artificial y efímera que solo garantiza aflicción, destrucción y muerte. Estos deseos del corazón hacen que pongamos a Dios en todo menos en el lugar que le corresponde. Sin pensar que todas estas cosas, riquezas, posesiones, ambiciones al final no nos llevara a ningún lado, recordemos al morir no nos llevaremos ninguna de estas posesiones. En ocasiones sentimos que el mundo tiene más que ofrecernos de lo que puede ofrecernos Dios, confiamos más en las cosas que podemos ver que aquellas que no, porque vemos más como podemos ser llenos del mundo con cosas que no son duraderas y no como llenarnos de Dios con una llenura permanente. Comprendamos que todo lo que proviene de Él es bueno y aunque muchas veces minimicemos quien es Él tratando de encajar en el mundo y no buscando su voluntad agradezcamos a Dios por su Palabra y pongamos nuestra confianza en nuestro Padre.

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