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La Armadura de Dios
El Soldado Y La Oración
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jun 30, 2022
Jun 26, 2022
Duración:
00:14:31 Minutes
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Escritura

Efesios 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17

orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Efesios 6:18 Orad sin cesar. 1 Tesalonicenses 5:17

En nuestros pasados estudio, hemos observado lo importante que es para el soldado cristiano, llevar puesto la armadura de Dios, si es que quieres ser victorioso en la batalla espiritual, en contra de los poderes de maldad. Hemos visto el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado del apresto del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu. Y en realidad, estas son todas las piezas de armadura que el apóstol Pablo nos menciona. Pero el apóstol se da cuenta que, aún con ponerse toda esta armadura, queda otra cosa por hacer, si el soldado va a pelear la buena batalla.   El versículo 18, del capítulo 6 de Efesios, después de haber mencionado todas las piezas de armadura que ya mencionamos, dice: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. Yo siempre he enseñado que la dieta balanceada del cristiano se compone de tres cosas. En primer lugar, el estudio de la Palabra. En segundo lugar, la oración. Y, en tercer lugar, un buen testimonio que hable de Jesús. Pablo, en el capítulo 6 de Efesios, toca los tres puntos, pero no en el mismo orden. Las primeras cinco piezas de armadura ayudan al testimonio del creyente. Piensa en ello: el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado del evangelio, el escudo de la fe y el yelmo de la salvación. Debemos andar en la verdad, debemos andar en justicia, debemos evangelizar, tener fe, y claro está, que para uno hacer esto, tiene que ser salvo. Así que, como puedes ver, todas estas piezas tratan con el testimonio del creyente. El soldado debe estudiar también la Palabra de Dios. Aquí es donde Pablo menciona la espada del Espíritu. Y, por último, aunque la oración es lo primero que debemos hacer, el apóstol menciona la oración. En esto Pablo ha dado los tres ingredientes que equivalen a un soldado listo para pelear con el enemigo. Vamos ahora a dedicar el resto del estudio hoy, al asunto del soldado en la oración. Quiero que sepas que todo soldado que ha tenido éxito en batalla ha sido un guerrero de oración. La oración para el buen cristiano es como el aire que respira; es necesario para su existencia. Sin la oración, no sería nada. La Biblia constantemente anima al siervo de Dios a orar. Escucha bien las siguientes citas. 1 Tesalonicenses 5:17, dice: “orad sin cesar”. Romanos 12:11 y 12. “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; (y escuche bien) constantes en la oración”. Colosenses 4:2 dice: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”. 1 Pedro 4:7 dice: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues sobrios, y velad en oración”. Lucas 18:1, nos enseña que Jesús refirió a sus discípulos una parábola sobre “la necesidad de orar siempre, y no desmayar”. Ahora, estos solo son unos cuantos versículos, porque hay cientos de citas que hablan en referencia a la oración. La Biblia, de pasta a pasta, anima al siervo de Dios a comunicarse con Dios, por medio de la oración. ¿Por qué? Porque para que uno pueda tener una buena relación con alguien, es necesario tener comunicación. Dios se comunica con el soldado cristiano por medio de su palabra, la Biblia. Y el soldado se comunica con Dios, por medio de la oración. Seré sincero e decirte que, no puedo hacer justicia a la oración, en el tiempo que nos queda; pero sí quiero hacer énfasis en el hecho, de que, si tú no oras, jamás serás buen soldado. Así que, para ayudarte y animarte en la oración quiero que observemos unos puntos importantes concernientes al cómo, cuándo y sobre qué vamos a orar. Tomemos primero el asunto de cómo debemos orar. Veamos si es importante a posición física del que ora. Hay quienes piensan que, si uno va a orar correctamente, tiene que estar de rodillas, pero 1 Tesalonicenses 5:17, nos acaba de decir que debemos “orar sin cesar”, y si tal es el caso, viviríamos de rodillas. El rey David dice en el Salmos 6:6, “Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas”. Aparentemente, David oraba acostado, pero ¿Le habrá puesto atención Dios? El versículo 8 y 9 del mismo Salmo 6, dice: “Porque Jehová a oído la voz de mi lloro. Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración”. Parece que Dios sí le escuchó. Así que en realidad la posición no importa, podemos estar en pie, arrodillados o postrados sobre nuestro rostro, Dios nos escuchará. Hay otro aspecto importante sobre el cómo debemos orar, se trata de nuestra actitud. Al orar a Dios, es mejor que seamos sinceros, porque si no, Dios no nos oirá. Jesús nos habla de esto en Mateo 6:5 y 6, escucha lo que dice: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Si queremos que Él nos escuche, tenemos que ser honestos con Él. El rey David dice en el Salmos 66:18, “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. Dios conoce nuestro corazón, si somos sinceros con Él o no; no podemos engañarle. Debemos ser honestos y sinceros con Él en nuestras oraciones. En cuanto al cuándo debemos orar, pues, eso es fácil. El soldado debe orar siempre. No importa donde esté y quienes estén con él, siempre debe mantener las vías de comunicación abiertas. Nuevamente regreso al versículo: “orad sin cesar”. ¿De qué vamos a orar? De todo. Cuando cometemos faltas que van en contra de nuestra naturaleza espiritual, debemos pedir perdón. Sólo tenemos que decir a Dios: “Padre, he faltado. Perdóname y ayúdame a no faltar otra vez”. Conste, otra vez, que Dios conoce tu corazón; Él sabe si eres sincero o no. Cuando Dios nos ha dado una bendición, ¿Qué piensas que debemos hacer? Pues, claro, darle gracias. Cuando nos levantamos en la mañana, debemos agradecerle por otro día de vida. Cuando comemos debemos darle gracias por el alimento que Él nos da. De hecho, si somos honestos, podríamos pasar todo el día dando gracias a Dios. 1 Tesalonicenses 5:18, dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. Para terminar, quiero que sepas que, lo más importante en la oración es la intersección por otros. Dios nos manda que oremos los unos por los otros. La mayoría de nuestras oraciones son: “Dios bendíceme a mí, Dios dame esto, y Dios necesito esto”; son oraciones egoístas. De veras que, necesitamos aprender a interceder por otros. Vamos a orar. Padre, venimos delante de ti para pedir tu ayuda. Nosotros necesitamos aprender a orar. Nuestro Señor nos ha dado ese ejemplo, y tu Palabra nos exhorta a la oración. Sabemos que es sumamente importante para nuestro bienestar espiritual, y para poder ser victorioso en nuestra vida y lucha en contra de Satanás. Así que pedimos que nos ayudes a disciplinar nuestras vidas, y poner en práctica desde hoy, este asunto de la oración. En el nombre de Jesús te lo imploramos. Amén.

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