Escritura
Un pastor visitaba un día con una pareja joven quienes rebosaban de gozo pues acababan de tener su primer hijo. Ellos habían pedido al pastos que les visitara porque amaban a su nuevo bebé mucho más de lo que habían pensado. Ellos querían que el niño tuviera todas las provisiones necesarias para vivir una vida feliz y saludable. Sin embargo, ellos sabían que su vida serían incompleta sin Dios y por eso habían invitado al pastor porque querían que orar a Dios, pidiendo bendiciones sobre su hijito a quienes ellos querían dedicar a Dios desde el día de su nacimiento. El pastor oró con la pareja; ellos dedicaron a Dios el mismo hijo que Él les había dado. Ellos se ofrecieron a Dios como siervos dispuestos a hacer su voluntad en criar al niño en las cosas de Él. Me imagino que los ángeles en el cielo sonreían al ver ese momento sagrado: Una madre y un padre reconociendo el puesto que Dios les había dado en criar a su hijo en la disciplina y amonestación del Señor. Esto es algo que señala un hogar cristiano. Es un lugar donde los niños son recibidos de Dios, dedicados a Dios e instruidos en su camino.
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